Escuchar los maullidos algunas veces aterradores de una gata en celo durante las noches, me hace escribir está historia.
Bonita, ojos verdes, pelaje sedoso, se apreciaba que era nutrida por el mejor alimento para gatos del centro comercial, tenía todo para ser feliz y lo era.
Ella nació del cálido cuerpo de una felina callejera, 5 hermanos de diferentes colores, bien alimentados por aquella madre tenaz en su cuidado, la acompañaron a lo largo de 35 días, leche disponible las 24 horas del día, dormir su pasatiempo favorito, sentir el cariño de una familia completa, una lengua que la limpiaba periódicamente cualquier suciedad de su reluciente pelo, ese tiempo lo recordó como la mejor época de su vida.
Finalmente aquel período terminó con la muerte de su madre, solo la Muerte sabe el motivo de permitir arrebatarle el seno materno a los indefensos gatitos, solamente apareció en el momento justo y adecuado, estática, observante sin ninguna muestra de sorpresa de aquella gata tendida sobre el pavimento con un hijo de sangre proveniente de su cara deformada, la vida de este ser accidentado se acercó a la Muerte y nunca mas volvió, la señora de la noche acostumbrada a ser la acompañante de los seres vivos que deciden partir a ella.
La ley de la naturaleza dice que una camada de cachorros de cualquier especie pierde que a su proveedora aumentan inmediatamente las posibilidades de otra visita inesperada de la Muerte, así sucedió ella tomó a sus 4 hermanos entregados por una hambruna desoladora, la única con un poco de fortaleza necesaria para negar este paseo fue Katy quien siempre se mantuvo investigando cual era el pezón con mayor cantidad de leche.
Sus salvadores la encontraron abandonada con algunos signos de deshidratación visibles en la parte inferior de un vehículo, sucia de su tierna cara por aceite encontrado en el área.
Saludos , Jorge Eduardo De León.
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