jueves, 24 de febrero de 2011

Mi pequeño dedo índice


Transcurría el 14 de abril del año de 1999 estaba en apogeo mi niñez, recuerdo con nostalgia como la maestra del Kinder escribía la fecha en el pizarrón; me gustaban los nueves que me enseñaban a escribir el encabezado de mi pequeña libreta de anotaciones.

Daban las 2:00 PM de la tarde, como cualquier día cotidiano  escolar a esa hora todos los niños nos preparábamos para regresar a nuestras casas, las maestras nos iban sacando uno por uno en cuanto indicaban que nuestros padres habían llegado,  tengo vagos  recuerdos del nombre de mi maestra el cual creo que era Esther; ella me guió guiándome por los pasillos justo antes de llegar a las escaleras que conducían a la planta baja del edificio me pidió la mano para evitar una caída pero yo con gran recelo la mantenía atrás cerca de mi espalda, comenzamos a descender la escalera hasta llegar al descanso donde ahora me exigió la mano, un infante no tuvo  otra opción con suma vergüenza tome su mano que indicaba lo peor que imaginaba que podía ocurrir sucedió descubrió mi pequeña adicción y mal hábito algo que no habían logrado corregirme en casa, lo primero que hacía al despertar mi única vía para conciliar el sueño CHUPARME EL DEDO, su cara de sorpresa me dio un gran miedo.

Pensé soy un buen alumno, cumplo regularmente con la tarea, me comporto  de una buena forma, no tiró la basura en algún lugar que no sea el bote de basura creía profundamente que no merecía una queja ante mis padres, pero todo parecía indicar que eso era lo que ocurriría les comentarían a mis papás y lo peor al resto de mis pequeños compañeros, una fuerte presión transgredía mi pecho, el temor ebullía de mi mente así como el sudor emanaba de mi mano con la marca en el dedo índice que corroboraba el acto de chuparse.
Llegamos al último escalón sentía la mirada de los fantasmas que me empezarían a atormentar en los siguientes días, cruzamos el comedor donde todos los días a punto de las 12:00 nos daban nuestro alimento diario, a lo lejos veía a mi padre como de costumbre sonriendo en dirección hacia mi pequeño ser ante mi inminente llegada.

Me encontraba sumergido en mis terribles pensamientos de lo que podría suceder, mis compañeros burlándose mis padres terriblemente decepcionados, pero aún tenía la esperanza que mi buena maestra iba a comprender mi adicción que ya no concordaba con la edad.

Llegue a los brazos de mi padre llorando me sentía un poco consolado por pequeños lapsos de segundo al sentir su piel tocar la mía, cuando mi intranquilidad volvió al escuchar la voz de la maestra SU HIJO SE CHUPA EL DEDO.

Ahora recuerdo con un toque cómico ese episodio de mi vida, pero empiezo a comprender que  la mayoría de los problemas se crean en tu mente y por cada año que transcurre de tu vida los problemas irán creciendo respecto a tus responsabilidades pero las soluciones a ellos serán infinitas.

JORGE EDUARDO DE LEÓN MARTÍNEZ

1 comentario:

  1. gato esta super bien tu escrito, pero tiene algunos errores de redaccion, como:"todos los días a punto de las 12:00 nos daban nuestro alimento diario", todos los dias diario???, o "ella me guió guiándome por los pasillos"???, ella siguio guiandome... bueno te quiero muchisimo picaron, te extraño y esta super padre tu blog :D

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