lunes, 4 de julio de 2011

Mi segunda película en cines "YO SOY EDUARDO"

Como el título lo dice escribiré sobre un tema que en verdad me apasiona, así es mi segunda película fue proyectada en el principal cine de mi ciudad, con una afluencia de más de 200 personas, se titula "YO SOY EDUARDO" y su género es comedia, reflejada con algo "inocente" y a su vez mezclada con una buena cantidad de humor negro; indispensable en la cultura mexicana.

El rodaje duró aproximadamente una semana y media, se realizó en vacaciones de "semana santa", fue algo en verdad intenso y cuando digo esto es porque es cierto, pues eran de 2 a 4 horas de maquillaje y 3 de grabación.

Estoy muy agradecido con el equipo que colaboraron en esto; más de 40 personas entre maquillistas profesionales, camarografos, actores y editores, un joven de 18 años no podría hacer algo de estas magnitudes sólo.

FOTO: El primer día de rodaje


En las diversas entrevistas que me realizaron varios medios de comunicación locales, coincidieron con una pregunta ¿Cómo se me ocurrió la idea de hacer esta película? yo respondo, simple y sencillo estaba por dormir cuando una explosión de creatividad, ideas y ganas de trabajar sucedió en mi cama, exactamente en mi cabeza, así que comencé a buscar los medios tanto humanos como técnicos necesarios, pues ni contaba con una cámara de video, ya que la mía fue robada, ni un buen programa de edición.


La historia gira alrededor de Eduardo, un personaje muy excentrico, amanerado, presumido, soberbio y apasionado con la música, pues es un cantante localmente famoso, amigo de Gloria Trevi y junto a sus guardespaldas tendrán una serie de inconvenientes provocados por sus acosadoras admiradoras, todo esto es acompañado de dos historias que van entrelazadas son influidas y provocas por la gran estrella de Eduardo.

En verdad fue muy entretenido rodar esta película, me imagino todavía en el escenario de la Concha Acústica del Paseo Méndez de mi ciudad bailando y cantando el soundtrack oficial titulado "¿Dónde esta mi teta?", sin importarme mucho lo que la gente pensaba al pasar, o platicando tan alegre con mi editor por varias horas y conocer a gente tan linda como Pepe Chagoya; uno de nuestros patrocinadores quien puso a todo JCH SALÓN a nuestro servicio, maquillando a más de 18 actrices sin cobrar ni un peso.

FOTO: Una de las notas periodísticas publicadas por los periódicos de mi ciudad.

El resultado, tomando en cuenta que no tengo estudios profesionales, fue satisfactorio para mi, duración: 47 minutos, la resolución se encuentra en alta definición, la edición se hizo con Sony Vegas versión 9, el movimiento de cámaras mejoro a comparación de mi primer largometraje llamado "I LIKE CATS", pero aún así había graves enfoques y contraluces, pero me consuelo porque no es una superproducción de Hollywood o algo hecho con un presupuesto establecido.

"YO SOY EDUARDO" EN YOUTUBE.  DIRECTOR: JORGE EDUARDO, TELEGATO PRODUCCIONES 2011.


Ver a la gente feliz y divirtiéndose así como ver a mis amigos y mi persona en el cine no tiene precio, NUNCA DEJEN DE PERSEGUIR SUS SUEÑOS O SE RINDAN EN EL INTENTO.

Saludos, Jorge Eduardo De León

TELEGATO PRODUCCIONES

jueves, 3 de marzo de 2011

Poema

Es hermosa alba
su silueta desnuda
por la luz del sol.

Sus ojos verdes
reflejan el color de
su bello Brasil.

Me gustaría oler
tu aroma al amanecer
siempre contigo.

Tristeza siento
al no poder contigo
pasar la noche.

Tus manos tocan
la eternidad celestial
al agonizar.

Hacia a ti viajar
es sueño duradero
siempre en mi mente.

Te prometo amor
fiel, cuando este contigo
cuidaré de ti.

Tu eres sublime
como el amor que tengo
corazón, TE AMO.

La blanca Luna
es la misma que vemos
al anochecer.

Quiero tocarte
es mi ferviente sueño
siento lograrlo.


JORGE EDUARDO DE LEÓN MARTÍNEZ

domingo, 27 de febrero de 2011

UN ATARDECER TRICOLOR


¿Quién hubiera dicho que nuestro planeta Tierra con una  edad de 4400 a 4500 millones de años girando alrededor del sol se ha deleitado con un nutrido número de atardeceres?. Aunque en contraparte miles de especies han visto su atardecer por diversos factores desde un gran meteorito hasta el cambio climático.


Ella, Itzel una joven tarahumara que vive en el norte de México en una de las pocas comunidades Tarahumaras que existen en las zonas más altas de la Sierra Madre Occidental;   ha terminado su larga jornada de trabajo se dispone a colocar la leña que su esposo ha cortado en el bosque cercano para abatir la fría noche. Una lechuza provoca que levante su mirada  sus pómulos se contraen y sus grandes ojos oblicuos se dilatan para ver la belleza que se perfila al horizonte, un atardecer tan bello que sólo es perceptible en aquella región remota del territorio mexicano. Una gama de colores desfilan antes sus ojos una tonalidad anaranjada y rosada  se conjunta con el grisáceo de las nubes, ella al ver el sol muriendo al filo de la montaña se remonta a la leyenda que le contaba su abuela sobre el origen del sol que ayudó a centenares de tarahumaras a cultivar su tierra. Ella continúa observando este fenómeno natural hasta el anochecer mientras los últimos gélidos vientos invernales comienzan a soplar contras sus mejillas.

Mientras tanto en otro punto de la república mexicana él señor mira su reloj que marca las 6:30 pasado meridiano, esto le indica que ha llegado la hora de salir del trabajo en oficina y salir a tomar las últimas muestras del día que ayudan a analizar las huellas que deja el jaguar en el fango; él, un biólogo mexicano de edad madura, con la comisión de contabilizar los últimos felinos salvajes que aún se encuentran en su estado natural en aquella selva remota de la península de Yucatán; camina pocos kilómetros y observa detalladamente el suelo; siente pisar los suaves musgos provocados por la humedad del área, cuando de pronto, su marcha se ve detenida  al ver lo que al parecer, son las eses de un felino debajo de un frondoso árbol característico de la región. Se cerciora que en realidad sea residuo de un felino, y va más allá lo palpa; se encuentra con que seguía caliente esto significaba que el jaguar podía estar cerca; observa a su alrededor procurando hacer mínimos movimientos para evitar cualquier  ruido y asustar al animal, que podría estar en el lugar; espera unos minutos en completo silencio, presiente que ya no se encuentra ahí sino en un lugar distinto tal vez acechando su próxima presa; y luego,  el científico decide tomar un descanso, en un gran tronco situado ante él. Coloca su espalda en la superficie resbalosa de la corteza  y cierra los ojos un momento. Escucha varios sonidos provenientes de la copa del árbol, que  le hacen abrir sus parpados inmediatamente, imagina que puede ser uno de las muchas especies de pájaros comunes de la selva, y al levantar su cabeza  ve una figura esbelta, reposando sobre las altas ramas, recibiendo los últimos rayos del atardecer; sus largos años de experiencia le obligan a contener la respiración y mantenerse inmóvil, tratando de descifrar a través de la posición y el tamaño de las manchas de la piel del animal, el nombre de uno de los pocos jaguares existentes en la reserva; sin lograrlo, del todo,  por la poca luminosidad que había. Mas decide mantener la vista y observar el atardecer que se filtraba por el espacio despejado entre las ramas de aquél frondoso árbol, los colores rosados y violetas abrían paso a la oscuridad y cree apreciar las primeras estrellas que se difuminaban entre las ligeras nubes con tonalidad anaranjada, ve pasar una parvada de aves que al mezclarse con las estrellas, nubes y el cielo transforman la imagen en una hermosa pintura al óleo con la esperanza de un jaguar, uno de los pocos sobrevivientes que seguramente espera más atardeceres en las copas de los árboles.

Al mismo tiempo, en una paradisiaca playa en el otro extremo del país en la península de California, una joven pareja disfruta del descanso en la arena, sus manos unidas dan a conocer a la brisa, el amor y la confianza que se tienen mutuamente, ellos esperan el atardecer sabiendo que quieren envejecer y continuar con la posibilidad de observarlo juntos, buscando sentir lo mismo que en esas añoradas vacaciones. Ante los dos pares de ojos, ven como el astro rey se va sumergiendo en las profundidades del océano, tiñendo las aguas  del Pacífico y su cielo, en un rojizo claro, la cresta de las olas ya no son blancas sino rosas, las nubes también dejaron su blancura, convirtiéndose en unos afelpados algodones rosados. El mundo color de rosa así lo veían los enamorados, un crepúsculo que desearán mantener en su memoria el resto de sus años.

El mundo sigue, rotará todos los días, el sol nace con los amaneceres y muere en los atardeceres, el día que esto se detenga, se romperá el ligero equilibro de la vida y la muerte, que rigen todos los ciclos.


JORGE EDUARDO DE LEÓN MARTÍNEZ.


jueves, 24 de febrero de 2011

Mi pequeño dedo índice


Transcurría el 14 de abril del año de 1999 estaba en apogeo mi niñez, recuerdo con nostalgia como la maestra del Kinder escribía la fecha en el pizarrón; me gustaban los nueves que me enseñaban a escribir el encabezado de mi pequeña libreta de anotaciones.

Daban las 2:00 PM de la tarde, como cualquier día cotidiano  escolar a esa hora todos los niños nos preparábamos para regresar a nuestras casas, las maestras nos iban sacando uno por uno en cuanto indicaban que nuestros padres habían llegado,  tengo vagos  recuerdos del nombre de mi maestra el cual creo que era Esther; ella me guió guiándome por los pasillos justo antes de llegar a las escaleras que conducían a la planta baja del edificio me pidió la mano para evitar una caída pero yo con gran recelo la mantenía atrás cerca de mi espalda, comenzamos a descender la escalera hasta llegar al descanso donde ahora me exigió la mano, un infante no tuvo  otra opción con suma vergüenza tome su mano que indicaba lo peor que imaginaba que podía ocurrir sucedió descubrió mi pequeña adicción y mal hábito algo que no habían logrado corregirme en casa, lo primero que hacía al despertar mi única vía para conciliar el sueño CHUPARME EL DEDO, su cara de sorpresa me dio un gran miedo.

Pensé soy un buen alumno, cumplo regularmente con la tarea, me comporto  de una buena forma, no tiró la basura en algún lugar que no sea el bote de basura creía profundamente que no merecía una queja ante mis padres, pero todo parecía indicar que eso era lo que ocurriría les comentarían a mis papás y lo peor al resto de mis pequeños compañeros, una fuerte presión transgredía mi pecho, el temor ebullía de mi mente así como el sudor emanaba de mi mano con la marca en el dedo índice que corroboraba el acto de chuparse.
Llegamos al último escalón sentía la mirada de los fantasmas que me empezarían a atormentar en los siguientes días, cruzamos el comedor donde todos los días a punto de las 12:00 nos daban nuestro alimento diario, a lo lejos veía a mi padre como de costumbre sonriendo en dirección hacia mi pequeño ser ante mi inminente llegada.

Me encontraba sumergido en mis terribles pensamientos de lo que podría suceder, mis compañeros burlándose mis padres terriblemente decepcionados, pero aún tenía la esperanza que mi buena maestra iba a comprender mi adicción que ya no concordaba con la edad.

Llegue a los brazos de mi padre llorando me sentía un poco consolado por pequeños lapsos de segundo al sentir su piel tocar la mía, cuando mi intranquilidad volvió al escuchar la voz de la maestra SU HIJO SE CHUPA EL DEDO.

Ahora recuerdo con un toque cómico ese episodio de mi vida, pero empiezo a comprender que  la mayoría de los problemas se crean en tu mente y por cada año que transcurre de tu vida los problemas irán creciendo respecto a tus responsabilidades pero las soluciones a ellos serán infinitas.

JORGE EDUARDO DE LEÓN MARTÍNEZ